viernes, 11 de julio de 2008

Flores teñidas de metal...


A veces se marchitan y mueren, otras se vuelven frías, sin aroma y sin amor...
Se paralizan, se endurecen, se tiñen de metal, se vuelven toscas, amargas y sin color que irradiar.
Se alimentan de piedras y no perciben más el sol. Ni la lluvia, ni la brisa, sus sentidos atrofiados, le impiden oír su voz.
Sin embargo, su coraza las vuelve fuertes contra todo. Protejiéndose del miedo, se endurecen, se tiñen de metal, se encogen en las sombras y palideciendo de a poco, enmudecen su frágil corazón.

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