El Poder de la Mente: Somos lo que pensamos
No existen casualidades, no hay buena o mala suerte, no hay lugar para el azar, ni tampoco para los imprevistos. Nuestros pensamientos en este momento, no se encuentran en piloto automático. No suceden los hechos simplemente por inercia. Todo responde a una ley natural, la cual es totalmente controlable por nuestras propias mentes. Podemos determinar nuestra existencia, podemos obtener lo que queramos, controlar nuestras vivencias y lo podemos hacer a partir de ahora. ¿De qué hablamos? Del gran Secreto, que desde hacía milenios se encontraba oculto y hoy comienza a salir a la luz.El universo funciona regido por diversas leyes físicas, como la Ley de Gravedad, de Relatividad y por leyes naturales como la Ley de Mentalismo, Causa y Efecto, entre otras (tratadas por Hermes Trismegisto, concentradas en el “Kibalión”) y la Ley de Atracción, en donde a partir de allí, surge el gran Secreto.Desde los antiguos babilonios hasta grandes científicos y personajes de la historia como Platón, Sócrates, Newton, Beethoven, Lincoln, Edison, Einstein, y se podría seguir citando a otros tantos grandes, han logrado decodificar este Secreto y lo han aplicado en sus vidas. Solo una pequeña parte de las poblaciones conocía el poder de la fuerza de atracción, impidiendo su divulgación masiva, tal vez por cuestiones de poder. Pero lo cierto es que, según lo cuentan registros del génesis de este gran misterio y según se puede observar fehacientemente en la obra de cada uno de estos hombres mencionados, la Ley de Atracción deviene de muchos años atrás siendo aplicada conciente o inconcientemente. “Cuando levantemos un dedo estamos afectando a la estrella más distante” – Sócrates.La mente del hombre, uno de los misterios universales más estudiados de todos los tiempos, funciona (tal como todo el organismo) a través de energía, la misma energía vital que colabora en todas sus tareas diarias. La ciencia explica su incorporación a través de distintas fuentes (como el alimento), para luego ser utilizada en diversas tareas de carácter orgánico, físico, etc. Pues bien, la metafísica asegura el gasto de la energía incorporada, también en el proceso del pensamiento. Es sencillo poder observar este fenómeno y comprobar que el pensamiento está dotado de energía, al percibir un cansancio físico luego de haber tenido una larga jornada de estudio.Teniendo en claro el concepto del pensamiento como energía, entonces podemos plantear que ésta mueve y atrae otras semejantes, según lo enunciado por la Ley de Atracción. Se sostiene que todo lo que se asemeja, se atrae. “Las energías atraen a otras de semejante vibración” afirma el filósofo Bob Proctor en el documental “El Secreto”. Muchos psicólogos, metafísicos y filósofos actuales nos hablan de la Ley de Atracción. William James, padre de la psicología contemporánea, dijo que el poder de mover el mundo está únicamente en el subconsciente. ¿Pero cómo funciona realmente este fenómeno? Es algo que no se puede explicar, simplemente sucede (tal como la electricidad: disfrutamos de sus beneficios pero tampoco la podemos explicar) y solo se da cuenta de su existencia a través de la propia vivencia y experiencia.Siguiendo la misma línea de razonamiento en que las energías atraen otras semejantes, podríamos asegurar que, según la calidad de los pensamientos, estaríamos próximos a contactarnos con vivencias del mismo estilo: energías densas atraerán aun más densidad, mientras que energías sutiles, una mejor calidad de vida.Es común identificar personas que frente a la enfermedad y un pensamiento pesimista, obtienen como resultados aún más enfermedad. Uno podría pensar: ¡Que mala suerte tiene esta persona!, pero simplemente son sus pensamientos densos los que generan esa realidad, los que atraen la enfermedad. De modo contrario, observamos personas exitosas, que logran todo lo que se proponen; una vez mas son sus pensamientos que alimentan esos triunfos.¿Nunca le sucedió pensar o desear algo con tanta intensidad que a corto o a largo plazo, aquello le llegó a sus manos? No hay nada librado al azar, todo se mueve a partir de energía, a partir de lo que atraen nuestros pensamientos, a partir de la Ley de Atracción. El poder yace dentro de nosotros. Atraemos los sucesos que creamos en nuestra mente, por una cuestión vibracional. Es preciso educar el pensamiento para que no repercuta en nuestras vidas de manera negativa y si lo haga, plena y positivamente. Lo invito a ejercitar su mente y discriminar aquellos pensamientos “negativos” aumentando la sutileza, mejorando la calidad y confiando en otro tipo de energías. Recuerde que el poder de su mente es infinitamente grande, es solo cuestión de descubrirlo y emplearlo concientemente.D. Hermo
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